Desde el primer día de su asunción como presidente, Joe Biden impulsó una ambiciosa reforma de inmigración. Las medidas pretenden reforzar las protecciones para los jóvenes inmigrantes, detener la construcción del muro fronterizo del presidente Donald Trump, anulación del decreto de Trump que excluyó a los inmigrantes indocumentados del Censo 2020, una moratoria de las deportaciones de 100 días, entre otras.
La administración de Biden está abriendo una instalación de acogida para niños migrantes no acompañados por sus padres o tutores que son detenidos en la frontera entre Estados Unidos y México, afirmó a CNN la agencia federal encargada del cuidado de los niños migrantes en un comunicado.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) reabrirá una instalación en Carrizo Springs, Texas. La misma tiene la capacidad de albergar a unos 700 niños y podrá ampliarse en caso de ser necesario.
La reapertura de la instalación se produce en medio de un aumento en las detenciones de niños migrantes no acompañados en la frontera suroeste, la misma podría estar produciéndose por la percepción de una relajación de las políticas de ingreso al país, sumado a los límites de capacidad reducidos en otras instalaciones debido al Covid-19.
Asilo de niños migrantes en la frontera en el contexto de pandemia
Los niños no acompañados que cruzan la frontera son detenidos por el Departamento de Seguridad Nacional y remitidos al HHS, aunque también pueden ser sujetos a la política de expulsión, heredada de la era Trump. Si los niños migrantes son colocados bajo cuidado, quienes manejan su caso trabajarán para encontrar un lugar para el niño en los Estados Unidos, bajo el cuidado de un sponsor, como un padre o pariente.
La instalación en Carrizo Springs se usará para niños que hayan obtenido resultado negativo en el test por covid-19 en el momento de ser trasladados y no se admitirán niños migrantes menores de 13 años. Afirmó la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), responsable del cuidado de niños migrantes.
Hasta el jueves, había aproximadamente 4.730 niños bajo el cuidado de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados. «HHS es consciente de la vulnerabilidad de estos niños, y nuestra prioridad es la seguridad y el bienestar de cada niño bajo nuestro cuidado. HHS anticipa la necesidad de comenzar a trasladarlos a Carrizo Springs en 15 días o poco después», dijo la agencia en un comunicado.
Desde el comienzo de la pandemia, la agencia también ha tenido que lidiar con los brotes por Covid-19 entre los niños y el personal. Hasta la semana pasada, ha habido un total de 1.748 casos de Covid-19 entre los niños, la mayoría de los cuales se han recuperado. Se han completado más de 21,000 pruebas de coronavirus para niños migrantes en el programa, según la agencia.
Ningún niño que haya contraído el virus ha requerido hospitalización, afirmó la agencia.
Un portavoz de la Casa Blanca dijo que no es política de esta administración expulsar a los niños migrantes detenidos en la frontera, a diferencia de la postura de la administración Trump. «La Patrulla Fronteriza continuará transfiriendo a los niños migrantes no acompañados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS para que puedan ser atendidos adecuadamente en refugios apropiados, de acuerdo con sus mejores intereses», afirmó el portavoz.
El Departamento de Seguridad Nacional también está comenzando a expandir su capacidad de procesamiento. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU., por ejemplo, está construyendo estructuras en Donna, Texas, para proporcionar capacidad de procesamiento en el Valle del Río Grande, una de las regiones más concurridas para los cruces fronterizos ilegales.
Si bien las fluctuaciones en los flujos migratorios son comunes, la pandemia por coronavirus complica los procedimientos habituales.
Las políticas de Trump no pueden revertirse rápidamente
Durante la administración Trump, la frontera entre Estados Unidos y México operó bajo duras políticas destinadas a mantener a los migrantes fuera de los Estados Unidos. Incluida una política que requería que los solicitantes de asilo permanecieran en Mexico hasta su fecha de cita en la Corte estadounidense. Además de la política de rápida expulsión.
Las decisiones de la administración Biden para aumentar la capacidad y el refugio para los migrantes marcan la diferencia con la presidencia de Trump, quien se esforzó por rechazar a la mayor cantidad de migrantes posible. Estas decisiones también tienen que ver con con los desafíos que enfrentará la actual administración: más migrantes en la frontera.
Las órdenes ejecutivas emitidas por Biden durante su primer día como presidente y el pasado martes parecerían ser sólo el comienzo de algo mayor. Sabemos que la administración está realizando un gran esfuerzo por reunificar a las familias migrantes separadas en la frontera y por los derechos migrantes. Tenemos a consideración también que existen diferentes obstáculos provenientes de los sectores más conservadores. Sin embargo, aguardamos impacientes que las órdenes firmadas en su escritorio se vean plasmadas cuanto antes en la realidad que se vive en las calles y la frontera.
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