Para muchos centroamericanos, migrar a los Estados Unidos es la única respuesta posible ante los desastres naturales que destruyen sus pueblos y modos de vida. ¿Qué hay detrás de la crisis migratoria en Estados Unidos?
El último año, decenas de expertos han debatido por las causas de la crisis migratoria y humanitaria que parece no tener fecha de finalización en la frontera sur de los Estados Unidos. ¿Por qué miles de familias centroamericanas emprenden el peligroso y difícil viaje a la frontera estadounidense?
Recientes análisis indican que la mayor parte de los migrantes – incluyendo un número récord de menores no acompañados – proviene de áreas rurales, regiones donde las tradicionales formas de subsistencia se deterioran año a año debido, al menos en parte, a los efectos del cambio climático mundial. Por supuesto, no se trata solamente del clima.
Las persistentes condiciones de inseguridad económica y alimentaria, malnutrición y pobreza que se acentúan desde hace décadas empujan a los más vulnerables a desplazarse en busca de mejores condiciones de vida y trabajo. En lo que va del año fiscal 2021, los agentes fronterizos estadounidenses ya realizaron más de 1 millón de arrestos de migrantes en la frontera sur, un número que parece seguir creciendo y solo se acerca a los números de la crisis migratoria del año 2000, cuando fueron arrestados cerca de 1.7 millones de migrantes en la frontera durante el año.
La mayoría de estos migrantes son expulsados del país, y muchos otros logran ingresar sin ser detectados todos los años. Pero estos números dan una noción del tamaño de la crisis humanitaria que se vive en los países centroamericanos, y el cambio climático puede ser una de las llaves para comprender las causas.
Las raíces de la crisis migratoria
No es posible encasillar fácilmente los motivos de los migrantes para abandonar sus lugares de origen, y rara vez se trata de una sola razón. Pero funcionarios y expertos tanto estadounidenses como centroamericanos sostienen que los desastres naturales y otros fenómenos provocados por el cambio climático juegan un papel importante en este proceso que recientemente ha alcanzado enormes proporciones.
Según un estudio conducido por la Organización Internacional para la Migración, en la región montañosa guatemalteca de Alta Verapaz y Huehuetenango, cerca de la frontera de con México, en un 15% de los grupos familiares desplazados por huracanes al menos un miembro de la familia migró o intentó migrar en los últimos cinco años. Según este mismo estudio, uno de los motivos más importantes para estos migrantes es huir de estos desastres naturales y de la inestabilidad climática.
Además, luego de los huracanes, al menos un miembro de 1 de cada 10 grupos familiares desplazados declaró tener intenciones de migrar en los próximos 12 meses. Uno de los principales motivadores detrás de la decisión también eran los desastres naturales.
La llave del cambio climático
Según muchos analistas, el cambio climático en los próximos años sólo empeorará las situaciones de pobreza y desigualdad vividas por millones de centroamericanos, conduciendo a futuras crisis migratorias y desplazamientos masivos de la población rural a los centros urbanos y a zonas más seguras. A largo plazo, este fenómeno está destinado a agravarse de forma exponencial, a menos que se intervenga sobre las causas que alteran la ecología y subsistencia de los sectores más vulnerables.
Y este tipo de migración causada por desastres naturales y otros efectos del cambio climático no ocurre solo en Centroamérica. Se estima que hasta 143 millones de personas podrían verse obligadas a migrar a áreas más seguras en el África subsahariana, Latinoamérica y el sur de Asia para 2050 debido a factores vinculados al clima, según un estudio del Banco Mundial. En estas tres regiones, millones enfrentan un empeoramiento de sus condiciones de vida debido a la baja productividad de los cultivos, niveles del mar crecientes y escasez de agua potable.
La administración Biden es consciente de estos peligros y se ha propuesto en su agenda internacional trabajar junto con los gobiernos del llamado Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador) para atacar de raíz los problemas que llevan a la gente a emprender peligrosas migraciones. Sin embargo, esta agenda aún no se ha traducido en acciones concretas para resolver este problema y profundizar en el vínculo entre clima y migración.
“Cientos de millones de personas podrían ser desarraigadas. La migración masiva no solo puede generar una crisis humanitaria, sino que también sabemos que si no se gestiona bien, socava la paz y la estabilidad de la región”.
Declaró John Kerry, el enviado especial de Biden para la agenda climática, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
En Todo Inmigración creemos que la administración Biden debe continuar su trabajo para acercar una solución inmediata a las miles de familias desplazadas de sus lugares de origen. Esperamos que no se dejen de lado la cuestión climática y las innumerables problemáticas ecológicas y económicas que rodean a la crisis migratoria y que conforman las verdaderas causas del sufrimiento de millones de personas en todas partes del mundo.
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