¿A qué se deben las recientes crisis migratorias en la frontera sur? ¿Qué pasa en Haití que lleva a miles a abandonar su país en busca de asilo en Estados Unidos?
La situación en Haití es crítica. Todos los analistas coinciden en que es el país más golpeado por la pobreza de todo el hemisferio occidental. ¿A qué se debe tamaña crisis?
Las fotos los campamentos improvisados en la frontera de Texas que circularon estos últimos días demuestran los niveles de desesperación y condiciones insalubres que afrontan decenas de miles de haitianos que esperan solicitar asilo en Estados Unidos. ¿Qué pasa en Haití que tantos optan por emprender el peligroso peregrinaje hasta la frontera sur y enfrentarse a la Patrulla Fronteriza antes que seguir viviendo en su país?
“Quiero que la gente entienda la miseria”, dice Gibbens Revolus, quien junto a su esposa y un hijo de 2 años, realizó el traicionero viaje hasta la frontera de Estados Unidos y México y acabaron refugiados bajo el puente internacional en Del Río, Texas este último mes.
Revolus describe la travesía como “un infierno”. Aunque asegura que es difícil llevar una cuenta precisa del tiempo en esas condiciones, estima que llegar hasta la frontera les tomó casi tres meses, viajando en autobús, a pie, e incluso cruzando la frontera de Colombia con Panamá en un bote hacinado. Además, el hijo de la pareja sufrió constantes enfermedades, vómitos y diarrea casi crónica.
Agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a la familia el 24 de septiembre, cuando las autoridades despejaron el campamento de migrantes. Luego fueron trasladados a un centro de detención en Texas.
“No se nos dio la oportunidad de presentar nuestro caso de asilo en Estados Unidos. Solo buscábamos una vida mejor, pero nos dieron marcha atrás” dice Revolus. La familia fue puesta en procedimientos de deportación a Haití para el 27 de septiembre. Ahora, Revolus y su familia se encuentran de regreso en Haití, un país que atraviesa una profunda crisis institucional y humanitaria.
Inmigración y racismo: discriminación para con los migrantes haitianos
Antes de emprender el viaje, Revolus habló durante meses con su prima Francisca Menes, una activista en Miami que dirige The Black Collective, una organización que lucha contra el racismo dirigido hacia la comunidad afroamericana. Él le habló sobre sus planes de buscar asilo en Estados Unidos, y ella le advirtió que no lo intentara.
Revolus lamenta no haber oído a su prima, pero insiste en que sólo buscaba una vida mejor para su familia. Menes dice que cuando Revolus le contó de sus planes, se preocupó muchísimo, no solo por los peligros del viaje, sino porque “como inmigrantes negros, te tratan de manera mucho más diferente y mucho más dura que a cualquier otro grupo de inmigrantes. Somos objeto de dos discriminaciones: por ser negros y por ser inmigrantes”. Y agrega: “Ser negro en Estados Unidos es una realidad muy diferente”.
Una zona de guerra
Haití aún atraviesa las duras secuelas de un reciente terremoto que superó con creces la capacidad de respuesta de gobierno local, así como de una gravísima inestabilidad política causada por el reciente asesinato de su presidente Jovenel Moïse. Según Control Risks, una firma que se especializa en consultoría de riesgos, el país está experimentando creciente violencia de pandillas y olas de secuestros fuera de control.
“Haití es como una zona de guerra en este momento. Los tiroteos son desenfrenados, la gente está siendo asesinada por pequeñas cosas. No es un país habitable. Es muy peligroso”.
Señala Revolus.
La nación insular ha sido golpeada por una serie de desastres naturales, entre ellos terremotos y huracanes. En 2010, un terremoto catastrófico mató a más de 220.000 haitianos, dejó miles de heridos y alrededor de 1,5 millones de personas sin hogar. Esta fue la causa desencadenante original del éxodo masivo de haitianos a América Latina.
Muchos haitianos consideran que la política de inmigración estadounidense es históricamente racista y anti-negra, apuntando en particular a la ocupación estadounidense de Haití entre 1915 a 1934, incluido el apoyo a una dictadura brutal y las situaciones recientes que se vieron en la frontera sur de Texas.
Francisca Menes asegura que los gobiernos en Haití o reciben el aval estadounidense o son desestabilizados inmediatamente por el gobierno de Estados Unidos. “Hemos visto, históricamente, muchos presidentes títeres que Estados Unidos ha puesto en el poder”, dice Menes, que es haitiana-estadounidense.
A pesar de estas políticas contra los migrantes haitianos, una medida favorable que tomó recientemente el gobierno fue la extensión del TPS Haití hasta fines del 2022. Gracias a esto, miles de haitianos que ya se encuentran en Estados Unidos pueden acceder al Estatus de Protección Temporal, que los protege contra la deportación y les permite obtener permisos de empleo. Sin embargo, la medida no aplica a quienes no se encuentran ya en los Estados Unidos.
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