Nací en Jalisco, México. Cuando crucé la frontera, indocumentado, tenía 15 años.
Trabajé en los campos y un buen día me ofrecieron empleo en un restaurante. Por la mañana lavaba platos, por la tarde iba a la escuela y por la noche limpiaba la cocina del establecimiento. Hoy tengo dos restaurantes.
He pasado hambre, he pasado frío, pero finalmente he alcanzado mi sueño norteamericano.